jueves, 6 de agosto de 2020

Colombiamoda 2020: Producciones en medio del distanciamiento social

En efecto, este artículo debía estar listo antes de la feria, pero el tiempo es un gran curador y decidió que, con una visión mejor pulida, escribiéramos esto después de ver las puestas en escena más importantes del evento. Y creo que la única razón por la que quería publicarlo previamente era darle un peso mayor a una realidad que yo daba por hecha, antes de que fuera pública para todos. Más bien, quería poner sobre la mesa una cuestión bien importante que poco íbamos a mencionar con cada fashion film que pudimos ver: si tenemos presente que seguimos en medio de una pandemia que detuvo completamente al mundo, ¿qué tan ético resultó saltarnos la cuarentena para grabar videos sobre ropa? 

La moda nacional, y nuestras constantes ganas de consumir material y hablar con propiedad del asunto, llevó toda nuestra atención a las propuestas de Colombiamoda de un modo particular. Podemos hablar de que esta edición democratizó las pasarelas, abrió nuevas perspectivas sobre imagen de marca y dejó muy en claro cuáles son los nuevos retos a los que se enfrentan las empresas del sector, ahora cuando sus presentaciones sobreviven a punta de un componente audiovisual bien importante. Creo yo que más adelante hablaremos de las lecciones específicas que quedaron en el tintero, tal vez me decida a narrar algunas de las ideas que me parecen dignas de discusión, pero por ahora, hay una sola idea que me ronda la cabeza: ¿en qué condiciones de bioseguridad se produjeron los videos que vimos durante tres días en la plataforma de Inexmoda? Pero, sobre todo, ¿qué tan importante resultaba este proceso para definir los estándares éticos de la moda colombiana?

Esta foto del backstage de Lugó Lugó es bien curiosa. Si bien, la marca vende tapabocas desde el inicio de la pandemia, en su colección fueron casi que completamente ausentes. Hasta este momento.

Yo soy un tipo que colorea dentro de la línea. En general, suelo jugar bajo las reglas dispuestas, y tengo una ligera obsesión con determinar los límites, los pros, los contras y los peros. Por eso, lo primero que pensé cuando hablaron de que veríamos puestas en escena es qué norma debíamos saltarnos para reunir la cantidad de gente necesaria para que estos vieran la luz. La confirmación fue necesaria porque, en teoría, no había ninguna prohibición particular a la producción de audiovisuales en espacios cerrados, siempre y cuando se garanticen los protocolos (palabra que ahora volvimos popular) de bioseguridad. Agradecemos acá a @vanebuza que, por Twitter me rotó el dato sobre el marco normativo para grabaciones en Medellín. 

Aún sin existir alguna prohibición explícita, viene la cuestión esencial del tema: ¿qué tan apropiado es seguir adelante con una producción, en un momento donde los contagios suben y las cuarentenas vuelven a ser estrictas? Pensemos en lo que implica esto: operarios de cámaras, estilistas, artistas de maquillaje, modelos, presentadores, personal de prensa y asistentes varios. Aún más arriesgado cuando algunas de estas marcas decidieron trasladarse a una locación externa a la ciudad, y hasta contratar vehículos aéreos privados para esto. ¿Valió la pena reunir a toda esta gente, en estas condiciones, sabiendo que no dejaba de ser un riesgo latente, aún cuando la ley lo permitía? 

Como hemos hablado desde 2019, la ética y su derivación en la responsabilidad social empresarial, son un punto esencial del posicionamiento de una marca. Entonces, debemos definir, ¿qué ejes temáticos incluye esa idea de ética, que bien trillada sí suena? Básicamente, para no sonar rimbombante, la ética corporativa busca mitigar el efecto que nuestra operación crea en la sociedad y el entorno en el que ejercemos nuestra actividad económica. Por todo esto, comprendiendo la situación actual como un filtro de nuestras decisiones empresariales, se abre el debate de lo procedente que resultaba hacer todo ese esfuerzo, en videos en los que ningún modelo utilizó un tapabocas.

Entonces, ¿cuál era la otra opción si hacer videos me parecía tan terrible? Acá, anticipándome a muchas de las preguntas que pueden surgir, creo que no presentarse también era una opción. Pensemos, una vez más, en el panorama general. Yo sé que he hecho estas preguntas una y otra vez a lo largo de los últimos tres meses. Las hice cuando traté de predecir el futuro del sistema, las hice de nuevo cuando quise enfrentar las iniciativas que surgieron buscando soluciones a la crisis que la moda enfrentaría, y las repetí una vez más mientras veía la puestas en escena de Colombiamoda. Ahora, las repito con un tonito de reafirmación, una que creo que deben hacer ustedes más que yo, ¿la moda es realmente importante en un tiempo tan confuso como el que vivimos? Para mí, la respuesta es obvia. 

Admito que, más allá de mis aproximaciones iniciales, toda la feria fue un ejercicio necesario. Y como fue un ejercicio necesario, también dejó muchos aprendizajes sobre el como no proceder. Aún pienso bien cuáles fueron las motivaciones de seguir adelante, cuando todo parecía decir que no era lo más sensato. No me corresponde abrir esa puerta, porque creo que mi labor de observador me lleva a explicar las lecciones de lo que sucedió. Pero sí creo que valió completamente la pena.

Si bien Inexmoda procedió de un modo intrépido y logró darle un giro bien importante a la historia de la moda colombiana moderna, es otro el destino de las marcas que presentaron. Hoy la conversación se abrió retando al modo de proceder de quienes dejaron de lado los valores esenciales de la nueva realidad y cuestionándonos qué vale la pena hacer en nombre de la moda. También, ahí incluimos el capital creativo de las marcas, cuando de marketing y medios se trata, pero eso ya es otra historia. 

Por todo esto, creo que hoy más que nunca, las empresas de la industria deben preguntarse cuál es el retorno de la inversión en Colombiamoda, y cómo pueden participar, en ediciones venideras y en materiales audiovisuales que planeen para el futuro, con un papel relevante y consecuente con la realidad. Porque, quienes lograron destacar en esta edición, demuestran lo que pasa cuando la fuerza corporativa y la inversión adecuada se unen en pro del éxito de una colección. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Abramos la conversación.