En medio de los devenires de una gran ciudad, las historias distópicas y la ficción que supera al surrealismo; se convierten en el motor que despierta a un ser gigante, hecho de polución, buses rojos y ladrillos.
Y, así como alguna vez Sinatra, Alicia Keys, Billy Joel, Ella Fitzgerald y los Pet Shop Boys, decidieron inmortalizar a Nueva York; yo quise seguirles los pasos.
Tal vez este espacio diste mucho de ser una crónica vívida sobre la ciudad. No hablamos de urbanismo, ni de tránsito, y mucho menos de economía. No somos una autoridad en nada, pero creemos en contar historias para controvertir realidades. Así que pusimos en marcha un pasquín, sin la pretensión de ser académicos, sin la intención de conformarnos con los análisis ya hechos.
Lo que fue un blog con telarañas, mutó en una recopilación dismórfica de ideas por analizar sobre moda, arte y empresas: la dialéctica permitida por la cultura del capitalismo para narrar el paso del tiempo.
Y este pasquín, de una sola cabeza, cuya puesta en escena sucede en aquellos momentos en los que rescatamos con las uñas un poco de ese tiempo que se escurre entre los dedos, no espera más de ustedes que comprender algunas perspectivas precisas sobre cómo debería funcionar el mundo. Un memorial de agravios, tal vez, cargado de ideas que solo tienen sentido cuando se discuten.
Un llamado, también, a dejar abierta la conversación sobre aquello que nos cautiva, nos indigna y nos sorprende (o no) del mundo. Únanse, seres, a este viaje por una Bogotá mercadeada, vestida y pintada.
Y, así como alguna vez Sinatra, Alicia Keys, Billy Joel, Ella Fitzgerald y los Pet Shop Boys, decidieron inmortalizar a Nueva York; yo quise seguirles los pasos.
Tal vez este espacio diste mucho de ser una crónica vívida sobre la ciudad. No hablamos de urbanismo, ni de tránsito, y mucho menos de economía. No somos una autoridad en nada, pero creemos en contar historias para controvertir realidades. Así que pusimos en marcha un pasquín, sin la pretensión de ser académicos, sin la intención de conformarnos con los análisis ya hechos.
Lo que fue un blog con telarañas, mutó en una recopilación dismórfica de ideas por analizar sobre moda, arte y empresas: la dialéctica permitida por la cultura del capitalismo para narrar el paso del tiempo.
Y este pasquín, de una sola cabeza, cuya puesta en escena sucede en aquellos momentos en los que rescatamos con las uñas un poco de ese tiempo que se escurre entre los dedos, no espera más de ustedes que comprender algunas perspectivas precisas sobre cómo debería funcionar el mundo. Un memorial de agravios, tal vez, cargado de ideas que solo tienen sentido cuando se discuten.
Un llamado, también, a dejar abierta la conversación sobre aquello que nos cautiva, nos indigna y nos sorprende (o no) del mundo. Únanse, seres, a este viaje por una Bogotá mercadeada, vestida y pintada.
Sobre el autor
Tuitero de tiempo completo, instagramer frustado y estilista de mi propia puesta en escena; los invito, seres, a conversar con su rolo de confianza.
Twitter: @doblepersona Instagram: @marquez.freire
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