sábado, 25 de julio de 2020

Colombiamoda 2020: ¿Qué queremos ver y qué veremos?

¿Hace cuánto no hablamos de tendencias? Corrijo: en medio de la pandemia, ¿hace cuánto no consideramos necesario hablar de tendencias? Vuelve la burra al trigo, ¿no? Yo sé muy bien que el tema del caos básicamente se me volvió un trigger inevitable para hacer todo tipo de reflexiones. De mercado, de estilo de vida, de trabajo, de identidad, de todo lo que sea susceptible de reinvención. También sé, mejor que ustedes, que volver a este tema como parte de todo lo que hacemos, suena hasta trillado. Y puede que lo sea, pero cuando un suceso así cambia todas las normas de juego, también resulta desconectado no pasarlo primero por el filtro de la "nueva realidad". Es necesario aclarar que, del mismo modo, entiendo el conflicto que representa hablar de "reinvención", "nueva realidad" y "cuarentena". Uno, porque nos tiene hartos; dos, porque cada día parece ser más compleja, y tres, porque dejamos de cumplirla hace mucho tiempo. 

Pero, cuando hablamos de qué queremos ver en una semana de la moda, los expertos en tendencias entienden bien que los contextos sociales, económicos y políticos juegan un rol importante sobre la decisión de una paleta de color, siluetas, materiales y temas de narrativa. En general, los productos creativos tienen una categoría primordial en el registro de los hechos históricos que vivimos día a día. Y bueno, esto no tiene un objetivo distinto que dar un poco de contexto de por qué este pechito, que no se caracteriza por incluir en sus reflexiones las visiones subjetivas de las creaciones relacionadas con las tendencias y los patrones, decidió hablar de lo que queremos ver en Colombiamoda virtual. 

Volvamos a un ejemplo maravilloso de cómo se mercadea una colección presentada en medios digitales. ¿Todos vimos el video de Dior y su colección de Alta Costura, no? (Si no, acá les dejo el link). Maravilloso. Punto. Idílico, lleno de inspiraciones artísticas e históricas, creado para ser memorable. Y, bueno, el video fue solo la presentación oficial. El concepto de los maniquíes de 40 cm, los vestidos hechos en un tercio del tamaño original, una landing page con detalles específicos de cada una de las prendas. Una narración hecha para llevarnos a un mundo paralelo, que no desconoce que la realidad fuera de la pantalla raya en el surrealismo. Un ejemplo perfecto de lo que podemos aspirar a ver en una narración consciente de la moda. 

Eso, básicamente, es lo que esperamos de Colombiamoda. 

A ver, no sé si me explico bien: Colombiamoda ahora nos ofrece la posibilidad de nuevos análisis, que van más allá de lo que solíamos hacer. Ahora miramos el lenguaje digital y la forma en la que narramos las historias detrás de lo que hacemos. Y para mí esto es casi tan importante como la propuesta de diseño mismo. Pensemos esto al hacer un paralelo entre lo que el arte del diseño y el arte de la producción audiovisual pueden ofrecer como experiencia, son idiomas complementarios, pero que sirven de formas distintas a nuestro objetivo de comunicación. Entonces, así como nos embobamos con las ninfas de Dior, y luego analizamos vestido a vestido en la sección de su web dedicada a la colección entera; esperamos que Colombiamoda nos ofrezca una experiencia similar. 

Y, sin ir muy lejos, ellos lo pensaron antes que yo. Tal vez a esta necesidad impacta la oportunidad de ofrecer un see now buy now, patrocinado por Mercado Libre, en el que puedes comprar todas las piezas de cada colección allí presentada. Creo que con eso nos aseguramos de que la experiencia de la feria llegue a feliz término, sin todo el trámite casi oscurantista que puede llegar a ser el contactar a uno de los diseñadores involucrados para comprar alguna de las prendas presentadas (créanme, hay varios que por más que tengas la plata, no te venden). Además de que, no solo es comprar la prenda, también es examinarla con mayor detalle y poder analizar qué tanto cuesta una pieza de diseñador en esta época. Creo que esa revisada también nos ayuda a entender mejor cómo se establecen los precios y cuál es el promedio del valor de ciertas marcas. 

Experiencias como el backstage se vuelven material considerable a la hora de mostrar con más detalle la narración de un show. Pink Filosofy, Colombiamoda 2019. 

Pero bueno, ya estoy hilando muy delgado porque, más allá de esto, en Inexmoda entendieron bien que las franjas de puestas en escena y todos los espacios a los que teníamos acceso de forma presencial, requería de ciertos componentes que garantizaran la atención de los televidentes. Digo televidentes porque no sé si ya se inventaron una nueva palabra para los usuarios de videos digitales. Volviendo al cuento, quisieron complementar la idea de los desfiles (yo sé que no son desfiles, pero me estaba quedando sin sinónimos) con experiencias mucho más cercanas de entretenimiento e interacción con el vestuario. Desde talleres especializados (que tienen un costo, eso sí), hasta conferencias gratuitas, pasando también por experiencias de entretenimiento, que incluyen un documental y varias apuestas hacia el DIY. Sabemos que el reto real está en mantenernos entretenidos en el tiempo en el que las marcas hacen lo suyo, saber conectarnos. 

Para no hacer esto más largo, también quiero hablar de las propuestas de vestuario que veremos. Porque, al final de la historia, todo esto sigue tratando de esto. Para esta edición, la parrilla nos trae un número más reducido de marcas de diseño de autor; las marcas masivas le apuntan alto y tratamos de poner todo en la perspectiva de "ayudarnos" para sobrevivir. Me atrevería a decir que Colombiamoda es una feria dedicada al resort, propuestas coloridas y hechas para el verano dominan las pasarelas a lo largo de la semana que suele durar la feria. Por ahora, no veo que haya espacio a historias distintas a esta idealización del diseño colombiano. Si bien lo primero que quise ver, cuando se confirmó que el evento sí sucedería, fue el modo en el que los diseñadores colombianos se atreverían a narrar una pandemia, imaginé una fuerte conexión con el loungewear y la propuesta innovadora que nos devolviera colecciones hechas para vivir en el ahora, más que seguir dándole cuerda a esa nostalgia sobre el futuro, del que seguimos sin tener mayor razón. 

Por alguna razón, cuando pensé este post quería extenderme más sobre las prendas y lo que significa ese paralelo entre lo vigente y el diseño pensado para el futuro. Porque la línea narrativa del diseño colombiano se volvió difusa en la cuarentena. Volví a preguntarme, más de una vez, ¿qué pasa con las propuestas que surgen cuando el tropicalismo se agota? Y no porque quiera que el caribbean chic pase a mejor vida (más que querer o no, es que sabemos que no sucederá), sino porque siento que una industria con una capacidad como la nuestra se queda corta en construir relatos que apelen a técnicas, temáticas y nichos de mercado diferentes al que repetimos en cada show de este tipo. Tal vez mi cabeza va más rápido de lo que puede ir el mercado y termino sintiendo vacíos que son imposibles de llenar. Uno termina categorizando ciertas posibilidades, que más que posibilidades, son espacios en los que aún no cabe una oferta viable de diseño, no sé el por qué con certeza. Y esto, como cosa rara, abre una nueva conversación que bien cabe en un espacio distinto a este. 

Más allá de todo esto, esperemos que los formatos de las puestas en escena le den un viraje interesante al storytelling de las colecciones y que la interpretación del material audiovisual y sus infinitas posibilidades, nos permita explorar nuevas aristas de la comunicación de moda, que derive en tendencias futuras que acerquen y conecten con mayor facilidad. Y ustedes, ¿qué esperan ver de las puestas en escena de Colombiamoda? 

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