martes, 26 de marzo de 2013

¿PARA DÓNDE VAMOS?

Esta semana les traigo algo sobre...

MERCADO DE DISEÑO MASCULINO. 

Hace unos días, la noticia del inminente cierre y liquidación de la firma colombiana Hernando Trujillo, me puso a pensar respecto al camino de este mercado en nuestro país. 

En la edición del día 10 de marzo de 2013 del diario El Tiempo, dos artículos nos muestran una de las caras de esta situación en Colombia: una entrevista con el empresario Arturo Calle sobre la reglamentación de impuestos en el país, y la explicación completa del cierre de Hernando Trujillo. 

La otra cara, la que nosotros vemos a diario, nos muestra algo totalmente distinto. Desde hace un par de años, en el país, hemos visto el crecimiento del número de diseñadores y marcas con fuertes conceptos para el armario masculino. Pero ¿qué tan cierto es que estas propuestas están bien encaminadas?

Cuando, por un lado predecimos cierres, pérdidas y caídas; sin embrago, por la otra cara vemos crecimiento, boom y variedad. Y ¿cuál de los dos planteamientos es totalmente cierto? Dejenme decirles, ambas están en lo cierto.

Para hacer una aclaración debo hacer este apunte: Uno de los ejercicios que más disfruto es realizar algo de coolhunting empírico en lugares donde las brechas sociales desaparecen. Los digo para demostrar una teoría que no es ajena a nuestro conocimiento. Bogotá está (y ha estado desde hace mucho) buscando su estilo. 

Cuando hablamos de esta necesidad, exponemos la capacidad de aprehensión de cualquier tendencia, la masificación de un mercado y el efecto de los nuevos conceptos de esta Bogotá moderna. Esto podría ser una explicación para definir una de las caras, podríamos decir que esta industria esta in crescendo. Pero no seamos tan ilusos, esto es una mentira. Una mentira que causa carcajadas. El hombre bogotano, ese que hace parte del común, ese que es el mercado potencial; NO compra ropa de diseñador.

Los indicadores nos muestran que, de una u otra forma, los colombianos cada día gastamos más dinero en ropa y accesorios. Entonces, si no le estamos comprando al diseñador o a la marca de alta moda nacional, y  las marcas insignia nos muestran que están en rojo ¿Adónde se está yendo ese dinero con el que llenamos nuestros armarios?

¿Lo tienen? Son las marcas extranjeras las que están dominando ese mercado potencial que podría estar en manos de nuestra industria. Y, que los nacionalistas extremos no me lean, la culpa es sólo nuestra. De compradores, y de fabricantes. 

Volvamos a los dos extremos. Si hacemos referencia a las marcas que ya se han expandido, encontraremos que no hallaremos una propuesta, que siendo vanguardista  sea suficientemente sólida. Sólo hemos visto vestigios de un leve acercamiento con lo que el joven promedio bogotano está buscando. Y si hablamos de los diseñadores, donde vemos conceptos claros y propuestas revolucionarias (comparadas con nuestro contexto cultural); pero no vemos un verdadero acercamiento con el verdadero público, donde el bolsillo hace pensar varias veces en estas propuestas.

Por ley matemática, entre dos extremos hay un punto medio, que en este caso llenan las marcas extranjeras.

Conozco el costo de producción  de ciertas prendas exclusivas. Pero también conozco el concepto de ready-to-wear, y el concepto del Low cost. Asi que: Si nadie decide abordar alguna de estas propuestas, un ready-to-wear que no trate de ser Haute couture, o un Low cost que esté bien definido, el resultado será igual o peor a esta decadencia que estamos viviendo. 

Y ustedes, colombianos, que así como siguen frenéticamente a su amada Selección -y que también el error es suyo- procure comprarle a su patria. 

Pero si no hay colombiano que le venda, no los juzgo. 

Think about that! 

Abrazos fashion!

En redes: @DoblePersona
CmarquezMTF@hotmail.com

2 comentarios:

  1. Excelente post, creo que falta apoyo por parte del Estado en brindar garantías para que la industria nacional no tenga que competir con toda la invasión de producción extranjera.
    Saludos
    http://the-glambition.blogspot.com

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